Recomendaciones de deporte por edades

Con la bonanza de interés por la salud, muchos se estarán preguntando cuándo es el momento más adecuado para empezar a hacer ejercicio. La respuesta es bastante clara: prácticamente cualquier etapa de la vida. Sin embargo, empezar de a temprana edad potencia aún más los beneficios a largo plazo. Por ello, desde los pediatras hasta los geriatras lo recomiendan a sus pacientes.

Niños, adolescentes, adultos y abuelos pueden hacer todo el deporte que deseen siempre desde los límites saludables. También es recomendable usar ropa deportiva adecuada para cada actividad. Las razones, como ya dijimos, abundan y pueden variar según la edad o condición particular de cada persona. Por ello, dedicaremos los siguientes párrafos a desglosar los beneficios según cada etapa de la vida.

Durante la infancia

Podría decirse que nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio, pero mientras más temprano, mejor. Los expertos recomiendan iniciar la actividad física frecuente y la práctica del deporte desde temprana edad por los numerosos beneficios que ofrece a los niños. Estos no solo abarcan un menor riesgo de obesidad y de enfermedades crónicas; también favorece su desarrollo motor e incluso a nivel cognitivo.

Y ni hablar de los efectos a nivel psicológico. La evidencia sugiere que el deporte a temprana edad ayuda a los niños a gestionar y controlar sus emociones. También, los hace más conscientes de la necesidad del cuidado corporal y más capaces de desarrollar hábitos saludables. Todo esto conlleva a un fortalecimiento de su autoestima simultáneo al de su sistema músculo-esquelético.

Sin embargo, es necesario destacar que el deporte debe ser mostrado a los niños como un juego y no como una obligación. También es importante que exploren en los que más llamen su atención a fin de promover el autoconocimiento y la toma de decisiones propias. De este modo, preparamos tanto su cuerpo como su mente para los desafíos mayores que encontrarán en la juventud y adultez.

Durante la juventud

La práctica de deporte durante la adolescencia y adultez temprana también ofrece enormes beneficios, incluso si la infancia no ha sido muy activa. En la cúspide de los cambios hormonales, los jóvenes que hacen ejercicio pueden canalizar el desarrollo físico previo a la adultez. En resumen, no solo favorece el crecimiento, sino también otros aspectos de carácter fisiológico que pueden trascender.

Existe evidencia de que la actividad física ofrece mejoras en la coordinación muscular, de movimiento y agilidad, así como a nivel neuronal. Asimismo, el deporte ayuda a los jóvenes a socializar e integrarse en el entorno que los rodea. Y, al igual que en la infancia, este puede ayudarlos a gestionar y canalizar sus emociones, en especial en una etapa ambigua como la adolescencia.

Durante la edad adulta

Muchos saben que la actividad física es necesaria para una buena salud general; sin embargo, llegar a la edad adulta suele causar un declive en su práctica. Este es un punto crucial para continuarla o iniciarla, según sea el caso, pues podría conducir a un envejecimiento saludable y una larga vida. Y, nuevamente, nos referimos tanto al aspecto físico como el psicológico.

El estrés que suele caracterizar la edad adulta puede aliviarse de forma casi inmediata con el ejercicio físico. Por lo tanto, practicar algún deporte puede ayudar a largo plazo con este y sus derivados, como la ansiedad, el insomnio y la depresión. Y, por supuesto, también favorece el desempeño sexual y la confianza propia, en especial cuando se trata de hacer frente al mundo.

Durante la tercera edad

Es natural que, durante la tercera edad, las personas disminuyan la cantidad de ejercicio físico que hacen. Por lo general, esto es consecuencia de la jubilación, la independencia de los hijos y la liberación de muchas responsabilidades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el cuerpo también se hace propenso a aumentar de peso como mecanismo de supervivencia. Por tanto, el deporte debe continuar.

Para quienes no acostumbraron hacer deporte a lo largo de su vida, iniciar con actividades muy demandantes puede ser engorroso. Sin embargo, las caminatas, el ciclismo y la natación son grandes aliados en la tercera edad. Practicándolos, las personas pueden controlar el azúcar en la sangre; regular su presión arterial; reducir el colesterol malo y, por ende, el riesgo de enfermedad cardiovascular y osteoporosis.

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